La tarde está muriendo como un hogar humilde que se apaga. Allá,sobre los montes, quedan algunas brasas. Y ese árbol roto en el camino blanco hece llorar de lástima. ¡Dos ramas en el tronco herido,y una hoja marchita y negra en cada rama! ¿Lloras?...entre los álamos de oro, lejos,la sombra del amor te guarda. Antonio Machado
Voy a incluir aquí a dos grandes poetas en lengua catalana: Ausías March y Salvador Espriu. Muchos poemas de estos poetas han sido cantados por el cantante valenciano, de Xàtiva, Raimon. Dos representantes de épocas distintas, Ausías de la primera mitad del siglo XV y Espriu del siglo XX.
Quiero hacer un pequeño homenaje a un gran amigo que se nos fue hace ya casi dos años. Lo tengo presente en mi memoria continuamente, pero hasta ahora no había podido escribir nada. En nuestro recuerdo siempre.
A PABLO
Era domingo,
de aquel nefasto mayo.
Sonó el teléfono,
era Esther,
la hija de Pablo.
"¿Qué ha pasado?"-
"Mi padre ha fallecido."
La aguja de la muerte
me pinchó en el costado.
Me derrumbé llorando,
en el sofá de casa,
y con la mente en blanco.
Luego, un poco más tarde,
recordé a aquel amigo,
amigo..., tantos años.
Aunque tiempo estuviéramos
sin vernos, sin hablarnos…,
parecía que ayer
habíamos conversado.
Yo mucho lo quería,
tanto como a un hermano.
Era un gran hombre,
trabajador, honrado,
agradable en el trato,
simpático y honesto.
Buen marido, gran padre,
y, abuelo, hubiera sido,
para todos sus nietos.
Y se ha ido..., se ha ido
dejándonos a todos:
esposa, hijas y hermanos,
compañeros, amigos
y alumnos tantos..., tantos…,
rumiando en silencio,
recordando momentos,
y muchísimos hechos,
que ahora se agolpan en la mente,
de pena confundiéndonos.
Y nuestra vida sigue…,
sin saber hacia donde,
sintiendo el frío helado
de la terrible muerte.
Pablo... ya no está aquí,
Pablo..., nos ha dejado.
miércoles, 1 de febrero de 2012
Una poetisa suiza-argentina que descubrí no hace mucho tiempo.
¡Aymé!
Y sabías amar, y eras prudente,
y era la primavera y eras bueno,
y estaba el cielo azul, resplandeciente.
Y besabas mis manos con dulzura,
y mirabas mis ojos con tus ojos,
que mordían a veces de amargura.
Y yo pasaba como el mismo hielo...
Yo pasaba sin ver en dónde estaba
ni el cruel infierno ni el amable cielo.
Yo no sentía nada... En el vacío
vagaba con el alma condenada
a mi dolor satánico y sombrío.
Y te dejé marchar calladamente,
a ti, que amar sabías y eras bueno,
y eras dulce, magnánimo y prudente.
Toda palabra en ruego te fue poca,
pero el dolor cerraba mis oídos...
Ah, estaba el alma como dura roca.
En honor a una buena amiga escribo aquí un poema del genial uruguayo Mario Benedetti.
A tientas
Se retrocede con seguridad
pero se avanza a tientas
uno adelanta manos como un ciego
ciego imprudente por añadidura
pero lo absurdo es que no es ciego
y distingue el relámpago la lluvia
los rostros insepultos la ceniza
la sonrisa del necio las afrentas
un barrunto de pena en el espejo
la baranda oxidada con sus pájaros
la opaca incertidumbre de los otros
enfrentada a la propia incertidumbre
se avanza a tientas / lentamente
por lo común a contramano
de los convictos y confesos
en búsqueda tal vez
de amores residuales
que sirvan de consuelo y recompensa
o iluminen un pozo de nostalgias
se avanza a tientas/ vacilante
no importan la distancia ni el horario
ni que el futuro sea una vislumbre
o una pasión deshabitada
a tientas hasta que una noche
se queda uno sin cómplices ni tacto
y a ciegas otra vez y para siempre
se introduce en un túnel o destino
que no se sabe dónde acaba.
+
He aquí un precioso poema de juventud de Juan Ramón. En él se "podrían" sentir identificados muchos de nuestros jóvenes. Quizá se pueda escuchar la recitación en el apartado "Con mi voz"
En el balcón, un instante
nos quedamos los dos solos.
Desde la dulce mañana
de aquel día, éramos novios.
—El paisaje soñoliento
dormía sus vagos tonos,
bajo el cielo gris y rosa
del crepúsculo de otoño.—
Le dije que iba a besarla;
bajó, serena, los ojos
y me ofreció sus mejillas,
como quien pierde un tesoro.
—Caían las hojas muertas,
en el jardín silencioso,
y en el aire erraba aún
un perfume de heliotropos.—
No se atrevía a mirarme;
le dije que éramos novios,
...y las lágrimas rodaron
de sus ojos melancólicos. Juan Ramón Jiménez
Después de más de año y medio, quiero retomar la labor que, en principio, tuvo una finalidad docente. Ahora me propongo disfrutar yo e intentar hacer disfrutar a aquellos que lean mi blog, con la poesía en general. Empezaré retocando algunos apartados, así como las recitaciones y videos que ni se oyen ni se ven. Y luego quiero continuar con la poesía regionalista del siglo pasado, así como con la poesía de las otras lenguas españolas: catalan, gallega y vasca. Intercalando, de vez en cuando, poemas de mis poetas preferidos y de todas las épocas.
Me llamo Gabriel.He sido profesor de lengua y litaratura durante bastantes años en un instituto.Este blog nació como una ayuda para mis alumnos, más tarde lo he ido modificando y ahora ya no imparto clases.